La vitamina D es un nutriente clave que desempeña un papel esencial en el mantenimiento de nuestra salud. A menudo se le llama la «vitamina del so» porque nuestro cuerpo la produce en respuesta a la luz solar. Cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta B (UVB) del sol, se convierte en un compuesto llamado 7-dehidrocolesterol, que posteriormente se procesa en el hígado y los riñones para pasar a su forma activa.
Dado que la exposición solar es mayor entre las 11:00 y las 15:00 para la mayoría de las personas, especialmente en el norte de Europa, resulta difícil obtener suficiente sol durante el invierno. Pasamos la mayor parte del tiempo en interiores durante las horas soleadas y, además, la ropa y los protectores solares impiden que la radiación solar alcance la piel. Por esta razón, la mayoría de nosotros necesitamos tomar un suplemento de vitamina D3 para evitar deficiencias.
La vitamina D no es solo un suplemento para el invierno. Es un nutriente fundamental para casi todas las funciones del cuerpo, desde el mantenimiento de la salud ósea hasta el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Una de las funciones más conocidas de la vitamina D es ayudar a la salud ósea. Ayuda a absorber el calcio, que es fundamental para crear y mantener unos huesos fuertes. Sin suficiente vitamina D, el cuerpo no puede absorber el calcio de manera eficaz, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas, especialmente en personas mayores. Sin embargo, sus beneficios no se limitan a los huesos. También desempeña una función esencial en los músculos, regula el sistema inmunológico y ayuda al organismo a defenderse de patógenos dañinos.
¿Sabía que la deficiencia de vitamina D3 puede manifestarse como agotamiento y cansancio? Datos recientes de estudios observacionales a gran escala han sugerido que alrededor del 40 % de los europeos tienen deficiencia de vitamina D (Malle O. et al 2020, Eur J Clin Nutr74(11)).
Durante siglos, las personas que vivían en Noruega y en la parte norte de Europa confiaban en el aceite de hígado de bacalao durante los meses de invierno, cuando la luz solar era escasa, para asegurarse de recibir suficiente vitamina D, ya que esta era una de las fuentes principales de esta vitamina vital. Dado que las fuentes alimenticias de vitamina D3 son limitadas, un complemento alimenticio con vitamina D3 es una opción ideal para garantizar una ingesta diaria adecuada.
Con el concepto basado en pruebas de Eqology, puede medir fácilmente sus propios resultados de K2 y D3 con el K2D3 Test kit. Los resultados de D3 deberían estar dentro del rango de 80-225 nmol/l (30-90 ng/ml), preferiblemente en los niveles superiores de estas mediciones para tener niveles adecuados de vitamina D3 en el cuerpo. Mediante el uso de este concepto basado en pruebas, puede seguir sus resultados antes y después de la ingesta de productos con vitamina D3 y a lo largo de los cambios anuales de exposición al sol. Esto puede identificar posibles deficiencias y variaciones anuales.
La vitamina D no actúa de manera óptima por sí sola; sus beneficios se amplifican cuando se combina con otros nutrientes clave, especialmente el magnesio y la vitamina K2. Estos nutrientes colaboran para respaldar diversas funciones fisiológicas, en particular la salud ósea y el metabolismo del calcio.
El magnesio desempeña un papel vital en la activación de la vitamina D en el cuerpo. Sin una cantidad adecuada de magnesio, la vitamina D no puede convertirse en su forma activa, lo que significa que no puede cumplir su función de ayudar en la absorción del calcio. El magnesio también ayuda a regular los niveles de calcio evitando su acumulación en los tejidos blandos y garantiza que el calcio se deposite en los huesos y dientes, en lugar de en lugares donde pueda causar daño.
La vitamina K2 funciona junto con la vitamina D para ayudar a dirigir el calcio a los lugares correctos. Por sí sola, la vitamina D aumenta la absorción de calcio en el intestino. Sin embargo, la vitamina K2 activa proteínas que ayudan a dirigir el calcio hacia los huesos y lejos de las arterias. Esto garantiza que el calcio se utilice de manera eficaz para fortalecer el sistema óseo.
Juntas, la vitamina D, el magnesio y la vitamina K2 crean un trío poderoso que no solo contribuye a la densidad ósea, sino que también favorece la salud vascular, la función inmunitaria y la fuerza muscular. Cuando se toman juntos, estos nutrientes trabajan en armonía, proporcionando un beneficio mayor que cuando se toman individualmente. Para obtener resultados óptimos, es importante asegurarse de recibir las cantidades adecuadas de los tres.